Ser emprendedor es algo así como ser un héroe o heroína. Y es que se trata de una profesión de riesgo. Nos jugamos cada día no solo nuestro puesto de trabajo, sino también nuestros ahorros e ilusiones. No cabe la menor duda de que son muchas cosas las que están en liza cuando decidimos abrir una empresa y no siempre es fácil mantenerlas. El libro de la vida está lleno de historias de empresas que no han alcanzado sus objetivos más importantes y que han tenido que cerrar sus puertas como consecuencia de un modelo de negocio que no ha tenido éxito.
La cosa es mucho más complicada cuando hablamos de pequeñas o medianas empresas. Se trata de negocios que viven más en el alambre y que necesitan mayores dosis de trabajo para ser sacados hacia delante. Ni que decir tiene que hace falta un montón de horas para que un emprendedor consiga todos los objetivos por los que se encuentra trabajando, una realidad muy diferente a la que nos podemos encontrar en una gran empresa, donde la cúpula tiene mayores posibilidades de delegar su trabajo en la extensa plantilla de la que dispone su entidad.
Las pequeñas y medianas empresas tienen algunos problemas que, por la naturaleza de estas entidades, implican grandes desventajas. Según una noticia que fue publicada por la página web de El País, en concreto en su sección Cinco Días, esos grandes problemas para las pequeñas empresas son la burocracia, la morosidad y la financiación. No cabe la menor duda de que estamos hablando de tres de los pilares básicos de la economía de una pequeña empresa. Si no estuvieran presentes en el día a día de la empresa estos problemas, todo sería mucho más fácil.
Es evidente que nunca es fácil conseguir una mejora en lo que tiene que ver con la esperanza de vida de una empresa. Suele decirse que las pymes lo tienen más complicado y es verdad, pero hoy en día disponemos de una buena cantidad de ayudas que pueden hacer que nuestra gama de opciones se extienda. En los últimos años, lo que viene siendo tendencia para mejorar el día a día de las pymes es la adquisición de una serie de programas y softwares de gestión y contabilidad. Así nos lo han confirmado los profesionales de Software de Gestión Pymes en una charla reciente.
La tecnología siempre es una aliada
No cabe la menor duda de que la tecnología es y será siempre una de las grandes aliadas de las empresas más humildes. Y lo que hemos comentado hasta ahora es una de las cuestiones que lo pone de ejemplo en mayor medida. Disponer de un programa que consiga hacer de la gestión o de la contabilidad algo mucho más rápido y eficiente es una necesidad y, como tal, cada día son más las empresas que atesoran programas como estos. Sin ellos, está claro que las cosas serían bastante más complicadas.
¿Estamos ante una de las grandes revoluciones desde el punto de vista de la empresa? Está claro que sí. No hay dudas al respecto. Si le preguntáramos a alguien que soliera trabajar en la contabilidad de una empresa de pequeño o mediano trabajo hace algunos años, estamos seguros que nos diría que su profesión ha evolucionado de una manera tremenda y que nada de lo que se hace ahora tiene que ver con los procesos largos y tediosos de antes. Ni que decir tiene que ahora todos y todas trabajamos, dentro de este ámbito, de una manera mucho mejor. Esa es una cuestión de una relevancia tremenda.
Sin duda, este no ha sido solo un gran avance para las pequeñas empresas. También las grandes entidades se han visto beneficiadas por un asunto como del que venimos hablando. Y es que las horas que antes se dedicaban a una tarea en concreto ahora pueden ser reemplazadas por minutos. No cabe la menor duda de que eso ha ocasionado que la productividad aumente y que, por ende, la rentabilidad de las empresas haya sido una constante a lo largo de los últimos años. Desde luego, está claro que esa ha sido una de las razones por las cuales hemos abandonado los problemas económicos que han surgido en los últimos años.
Tenemos la sensación de que la tecnología va a seguir evolucionando en los próximos años y que las empresas van a ser todavía más eficientes de lo que ya son ahora. Desde luego, es una necesidad que así sea y está claro que los trabajadores también deben jugar un importante papel en ese sentido, disponiendo de la formación necesaria para conseguir que esos programas y softwares que se usan sean manejados siendo conscientes de todas las posibilidades que ofrecen.