La realidad en la que el mundo se mueve se ha transformado de una manera más rápida que la que recordábamos hasta ahora. Antes, los cambios iban llegando de una manera mucho más paulatina, pero ahora nos hemos encontrado con un periodo en el que todo ha evolucionado en apenas unos años y de una manera gigante, nunca antes vista. Lo que hace diez años considerábamos moderno se ha quedado desfasado, muy desfasado. Y es precisamente por eso por lo que las empresas necesitan ir más ajustadas que nunca a la realidad del momento. Si van un paso por detrás ahora, corren el riesgo de ir tres pasos por detrás mañana mismo.
Todo lo que tiene que ver con Internet ha estado en el foco de esa transformación de la que hablamos y que tanta relevancia ha adquirido a nivel social en los momentos en los que nos encontramos. El mundo digital que se ha desarrollado a causa de la expansión de la red es realmente amplio y hace que tanto las personas como las empresas tengan una serie de posibilidades y oportunidades a las que antes no se podían ni siquiera acercar. Sin duda, esta sociedad ha cambiado y vamos a enfocar ese cambio en los párrafos que siguen desde el prisma de las empresas.
Está claro que, como consecuencia de todas las transformaciones de las que estamos hablando, las necesidades publicitarias de las empresas ya no son las mismas que antes. La gente ya no tiene las costumbres que tenía hace un tiempo: ya no pasamos tantas horas pegados a la televisión o a la radio, sino que permanecemos cerca de nuestro ordenador portátil o de nuestro teléfono móvil, a través de los cuales nos vamos moviendo por la red y por las redes sociales. Son estos espacios los que se han ido constituyendo como los más necesarios, como los imprescindibles, para que el nombre del conjunto de bienes o servicios que proporciona una empresa se den a conocer entre el gran público.
Esto es lo que provoca que todos los negocios necesiten en primer lugar una página web que ofrezca información acerca de su actividad y diferentes perfiles en redes sociales para mantener informados a sus seguidores en todo momento y para vender no solo esos productos y servicios de los que estamos hablando, sino también una imagen de marca, que es un concepto que está más de moda que nunca y que puede marcar la diferencia a la hora de que tengamos éxito o no a lo largo de nuestro día a día como entidad.
Disponer de una página web es algo en lo que muchas empresas han estado trabajando. Ha aumentado el número de entidades que en los últimos años han apostado por crear una de ellas, pero todavía estamos lejos de que sean todas las empresas las que dispongan de una web. No nos cabe la menor duda de que cada vez van a quedar menos empresas sin página web, pero nos apena el hecho de que, cuando la incorporen, todavía se van a encontrar en cierta desventaja con respecto a las empresas de su competencia que ya tengan un historial en este sentido.
Hay bastantes diferencias entre comunidades autónomas en lo que respecta al porcentaje de empresas que tienen página web. Cataluña es la mejor en este sentido. Siempre ha sido una comunidad puntera en lo que respecta a la tecnología y que el 85% de sus empresas tengan página web, según nos indica el portal web Statista, es un buen ejemplo de ello. Con un 85% también podemos encontrar a Aragón y con un 82% a Navarra, cerrando de esta manera el podio. Sin embargo, fijaos en los datos de las zonas que cuentan con los porcentajes más pequeños: Castilla-La Mancha cuenta con un 68% de empresas con web, las Islas Canarias, contra todo pronóstico, es la segunda con el dato más bajo (67%) y Melilla apenas supera el 56%.
Disponer de una página web es importante sobre todo para lo que os vamos a comentar a continuación. Y es que ya no vale solo con tener una página en la que ofrezcamos información acerca de nuestra empresa y sobre aquello que vendemos, que sigue siendo una buena idea, sino que ahora nuestra página web tiene que estar preparada para vender online. Y, si os dais cuenta, cada vez hay más sitios web que están preparados precisamente para eso. No es casualidad que así sea ni mucho menos.
La pandemia ha transformado la manera de entender la realidad. Y en algunos casos ha maximizado algunos de los conceptos que ya existían antes de la llegada del coronavirus. La venta online responde precisamente a este último caso. Ya existía antes del mes de marzo de 2020, y además estaba creciendo. Pero con el agravamiento de la situación sanitaria durante aquella primavera, se extendió su uso de una manera nunca antes vista. Y así ha sido hasta hoy. La venta online es la que marca el paso a la economía moderna.
El siempre fiable portal web Statista informaba de cómo había sido la evolución del porcentaje de empresas que vendían por Internet antes de la pandemia, en concreto desde 2010 a 2020. Podemos ver como, durante el primero de esos años, ese porcentaje apenas alcanzaba el 12%. Sin embargo, 10 años más tarde, se encontraba en torno al 25%, una cifra que ya se ha quedado vieja y que a buen seguro se habrá incrementado una auténtica barbaridad y se actualizamos los datos al momento en el que nos hallamos ahora mismo.
Este aumento en el porcentaje de empresas que ofrecen compra online es lógico teniendo en cuenta que las actitudes y comportamientos de la gente han cambiado. Es de justicia reconocer que ahora todos y todas somos mucho más vagos, que nos resulta muy cómodo comprar sin tener la necesidad de salir de casa y sin tener que gastar dinero y tiempo en los transportes o la gasolina. Tenemos la sensación de que esta tendencia solo se va a incrementar de cara a los años que tenemos por delante.
Teniendo en cuenta todos los datos que se están asociando a la compra online y que estos no paran de crecer en todos los momentos y lugares, nos parece lógico que exista un interés creciente por parte de las empresas en ir constituyendo sus plataformas para realizar este tipo de ventas. En ComercioPlus detectan un aumento progresivo en el número de empresas que se están embarcando en este tipo de proyectos y nos aportan un dato que es muy interesante: cada vez es mayor la presencia de las pymes en un entorno como el de la venta online. Sin duda, esta es una gran noticia.
La logística ha pasado a ser un aspecto clave en estos negocios
Quienes han apostado por la venta online han tenido que reforzar de una manera muy importante sus estructuras logísticas. Está fuera de toda duda que eso es clave para que se haya conseguido obtener la confianza de la gente. Hoy en día, se compite ya no solo por el precio de los productos o servicios y por la calidad de los mismos. También se compite por cuándo vamos a recibirlos. Dicho lo cual, parece bastante lógico que nos decantemos por comprar una cosa que nos va a llegar rápidamente a casa, aunque sea un pelín más cara que el mismo objeto que, sin embargo, llegue varios días después.
Debemos reforzar la logística en dos sentidos. El primero de ellos tiene que ver con una mejora de la organización en los almacenes. Se debe conseguir que los operarios obtengan el producto que se demanda de una manera clara y simple. Eso facilitará el proceso de un modo sustancial. En segunda instancia, hay que reforzar la flota de la que dispongamos o la que contratemos para llevar los productos hasta la casa de los clientes o hasta el lugar de recogida que nos hayan indicado. Reforzando estas dos cosas, se puede garantizar sin más problema un envío rápido y eficaz.
Está claro que conseguir esto último hará que todavía siga creciendo más la cantidad de personas que depositen su confianza en el comercio electrónico. Está claro que este modelo de compraventa está causando sensación por su fiabilidad, además de por su comodidad, y reforzar su fiabilidad solo puede traer beneficios a las empresas que tienen un sistema de venta online, algo que por otra parte ha dejado de ser parte del futuro para ser una cuestión ligada a nuestro presente.
Si somos emprendedores y queremos la máxima rentabilidad para el presente y futuro de nuestro negocio, el camino ya está marcado: es el de la venta online. Gracias a él, tendremos la capacidad de continuar creciendo, de prestar un servicio o entregar un producto exactamente de la manera en la que demandan los clientes y formar parte del grupo de empresas que dominan nuestro sector. ¿Y acaso no es ese el objetivo que debemos perseguir en todo momento?