Joyas personalizadas, la nueva tendencia en joyería.

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Las joyas son un regalo especial. Algo que se potencia, hoy en día, con la posibilidad de que el cliente participe en el diseño y personalización de la joya a través de abalorios y accesorios que se colocan en ella. Estas mismas joyas dan la opción, en ocasiones, a que el obsequiado pueda adaptarlas a su gusto introduciendo detalles. Una tendencia que está obligando al sector de la joyería a reinventarse.

Una joya siempre ha sido como una obra de arte. Los que las adquieren buscan originalidad y exclusividad. Un artículo único que no lo lleve otra persona. Ahora, con la personalización, el comprador participa en el proceso creativo.

Dice la web Procolombia que, en España, la joyería es el regalo principal en las celebraciones. Lo tenemos asociado a la conmemoración de acontecimientos especiales: una boda, un nacimiento, una comunión, un aniversario, etc. Digamos que es como una costumbre bastante arraigada. Por ejemplo, la semana de reyes, en navidades, se efectúa el 26% de la venta de joyas de todo el año.

En la actualidad, en nuestro país, las que más se venden son las joyas pequeñas y discretas para uso diario. A las que se le atribuye un valor simbólico. Bien sea porque recuerdan a la persona que las regalo, a un acontecimiento determinado o porque tienen algún elemento con el que se identifica quien las luce. A pesar de su sencillez, predominan los diseños novedosos.

Otro aspecto que ha irrumpido en el panorama de la joyería son las ventas por internet. Muchos fabricantes de joyas y joyerías disponen de tienda online donde venden sus diseños. Algunas de estas webs dan la opción al comprador a que personalice el artículo.

Encarna, una orgullosa abuela de Valencia, nos dice que participó en el diseño de una pulsera para su nieta, recién nacida, en la web de Joyería Lorena y ahora piensa en hacer algo similar con este tipo de joyería de comunión para su nieta mayor. Nos comenta que regalar una pulsera o unos pendientes cuando nace una niña es una tradición familiar. Antes se encontraban muy pocos diseños de estos artículos en las joyerías, y los que había se parecían mucho. Ahora, con la personalización, el regalo es más personal. Cuando la niña crezca y vea su pulsera, se acordará de su abuela y sentirá que su pulsera es única, como ella.

La personalización de las joyas está dirigida a todo el mundo, pero si hay un sector de la población donde está teniendo un gran éxito es en la juventud. Veamos algunos ejemplos.

Pulseras de charm.

Se trata de una joya que está alcanzando una gran popularidad y que es el paradigma de la personalización. Se compone de un cordón de plata en el que se van introduciendo abalorios intercambiables como si fueran las cuentas de un collar.

Los abalorios, o charm, tienen formas de figuras y están cargados de simbolismo. Puede ser un corazón, que refleja amor incondicional, un elefante indio, como protección del hogar, un trébol de 4 hojas, símbolo de la buena suerte, una rosa de los vientos, como si fuera una brújula que orienta tu vida, una flor de lis, que representa honestidad, la mano de Fátima, que protege ante el mal de ojo, etc.

Como señala el periódico mexicano Siglo XXI, los charm están fabricados en metales nobles como la plata, el platino o el oro blanco y llevan incrustaciones de piedras preciosas. Se pueden adquirir por separado. Intercambiar, quitar y poner del cordón de la pulsera, a gusto del propietario, dándole el aspecto que se desee.

Esta pulsera es como una especie de amuleto precioso, en el que la simbología de las piezas indica los valores, aspiraciones, gustos y forma de ser de la persona que los lleva. Una joya muy personal, y que aunque sea un regalo, permite al propietario ir adaptándola con el tiempo.

Algunas marcas relevantes de joyería como Viceroy y Pandora están explotando este formato, creando charm coleccionables con una línea de diseño propia y reconocible. Así, por ejemplo, los charm de Pandora presentan formas redondeadas, donde priman las líneas curvas y se emplea fondos de colores intensos, mientras los charm de Viceroy tienen un aspecto más metalizado y discreto.

Estos abalorios están sirviendo de canal para que diseñadores y artesanos joyeros vuelquen sobre ellos su creatividad, ofreciendo piezas originales a precios bastante asequibles.

Joyas para grabar.

La otra manifestación de joyas personalizables son los diseños creados para ser grabados, ya que si no contienen un texto o un dibujo elegido por el comprador, pierden su valor.

Hace unos años se hicieron muy populares entre los chicos jóvenes las placas de acero inoxidable, inspiradas en las chapas identificativas que llevan los soldados. Tras comprarlas indicaban al joyero que inscribiera en ellas un nombre, una fecha o una frase. Luego la llevaban colgada al cuello con gargantillas o cadenas de plata.

La gama de joyas para grabar se ha ampliado en la última década. Ahora encontramos anillos tipo sello, en las que en la parte frontal se graban un par de iniciales con algún tipo de letra gótica o un dibujo.

Por otro lado, es frecuente que grupos de personas compren bandejas de oro o plata que luego llevan a grabar. Las placas conmemorativas era una especie de condecoración o premio que se entregaba a los ganadores de ciertos certámenes. Hoy se graban para que los trabajadores de una empresa despidan a un compañero que se jubila o se traslada de ciudad, para dejar constancia de un aniversario o para expresar el aprecio que se siente por un familiar.

En realidad siempre se han grabado las joyas. Muchas alianzas de boda tienen inscrita la fecha del enlace en el interior. Sin embargo, en la diversificación de artículos para grabar ha influido la informatización del grabado y la utilización de la tecnología.

Antes se grababa con un pantógrafo. Una máquina semi-manual, con unos brazos articulados, que permitía reproducir a escala el texto que el grabador colocaba sobre una placa. El texto lo componía con planchas de letras como si fuera una imprenta antigua. Letra a letra. Las posibilidades para grabar eran limitadas, ya que solo se disponía de letras, números y algunos símbolos, con dos o tres fuentes tipográficas como mucho.

Algunos grabadores muy habilidosos, se atrevían a grabar a mano con una punta de diamante. Era un trabajo preciso y minucioso, para el que hacía falta tener el pulso de un cirujano y la paciencia de un santo.

Hoy se graba con máquinas grabadoras conectadas a un ordenador. Se dispone de una cantidad abrumadora de fuentes tipográficas. Se puede escanear un dibujo o un diseño e insertarlo en la plantilla. La propia máquina te calcula las medidas y hace pruebas virtuales de cómo va a quedar el texto antes de grabarlo en el objeto. Existe una amplia variedad de mordazas que permite grabar desde las superficies más minúsculas hasta los objetos más grandes, aunque no presenten una superficie plana.

La tecnología ha revolucionado la grabación sobre metal, consiguiendo resultados que hasta hace unas décadas se pensaban imposibles o extremadamente difíciles.

Prima la sencillez.

Si bien estamos hablando de personalizar las joyas, esto se hace de una forma discreta. En la actualidad priman los diseños minimalistas frente a la ostentación y el barroquismo de épocas anteriores. La gente quiere verse guapa luciendo una joya, pero no pretende impresionar a los demás con su poderío económico.

Se buscan joyas que pasen casi desapercibidas. Que se puedan llevar en cualquier ocasión, y que luzcan bien con cualquier indumentaria. Esto no implica que se descuiden los materiales, todo lo contrario. Las joyas modernas emplean piedras preciosas y metales de gran calidad, buscando la armonía en el conjunto.

Frente al oro amarillo, que ha sido el rey indiscutible de la joyería durante siglos, hoy se prefieren metales de tonos neutros como la plata de ley, el oro blanco y el oro rosa.

Frente a grandes piedras preciosas que acaparaban todo el protagonismo de la pieza, hoy se emplean pequeñas gemas de gran calidad con un tallado delicado.

Otro elemento que indica los cambios de gustos, en cuanto a joyas se refiere, es la utilización de materiales no minerales en joyería. En el diseño de joyas modernas podemos ver el empleo del cuero o detalles en tela o madera que combinan perfectamente con el brillo de los metales preciosos.

El simbolismo es un elemento clave en la joyería actual. Una simbología que tiene más que ver con el valor emocional y personal que le atribuye la persona que porta la joya que con el significado socialmente aceptado. Así, podemos ver joyas que los hijos regalan a sus madres grabadas con dibujos que parecen hechos por niños, o pulseras con ornamentos que hacen referencia a los hobbies del propietario y que, en ocasiones, solo él conoce.

Aunque sigue siendo importante la estética, lo es más el valor sentimental que la persona le atribuye a la joya. Queremos vernos a gusto con lo que llevamos. Sentirnos identificados con nuestros complementos. Percibirlos como una proyección de nuestra personalidad. La personalización de las joyas se encuentra dentro de este planteamiento, por eso es tendencia.

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