Una imagen vale más que mil palabras

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Parece que el mundo ya empieza a entender que tal y como se están desarrollando los acontecimientos empresariales del s. XXI y el comportamiento que tiene nuestra sociedad con respecto a las redes sociales y el mundo online, tener una web corporativa de tu negocio es algo así como vital si quieres seguir al pie del cañón. No hace muchos años eran solo unos pocos los que apostaban por este medio y aunque a día de hoy aún hay algunos rezagados, la mayoría de los empresarios ven en Internet a un medio al que han de darle la mano.

La realidad es que sin presencia online tienes muy pocas posibilidades de conseguir nuevos clientes. De hecho, las estadísticas de una encuesta que llevaron a cabo hace menos de seis meses en nuestro país demuestran que muchos usuarios deciden no contratar ciertos servicios a algunas empresas porque no tienen página web.

Es obvio que cuando se trata de compras es normal pensar que si no tenemos una página web en condiciones difícilmente llegaremos más lejos de lo que nuestra tienda física de barrio pueda abarcar, pero cuando hablamos de servicios muchos empresarios creían que esa web no era necesaria. Ahora la situación es diferente pues muchos usuarios aseguran que si ven un cartel de un fontanero, un electricista, e incluso una clínica privada, lo primero que hacen es buscar la web en Internet con el fin de ver qué servicios ofrece e incluso las opiniones de otros clientes que ya han disfrutado de dichos servicios. Eso significa que si no encuentran la web, porque no existe, directamente desechan la posibilidad de contratar a ese profesional y siguen buscando.

Ahora bien ¿es suficiente con hacer una página web y dejarla colgada en el servidor de cualquier hosting? Desgraciadamente no. Tener una página web en condiciones y hacer que sea visible a nivel online es una tarea para la que no todos estamos preparados. Lógicamente hace falta una buena campaña de posicionamiento SEO o una de SEM, pero esto no es lo único. Se necesita una buena reputación online.

¿De qué sirve estar en los primeros puestos de los resultados de buscadores como Google, Bing y Yahoo si luego el usuario que accede a nuestra web no se lleva una buena impresión? Probablemente habremos gastado un buen dinero en conseguir esos primeros puestos con el fin de ser visibles y tener una web descuidada o pobre nos ha llevado al fracaso.

En este medio, todo ha de medirse al milímetro y todo, absolutamente todo, ha de estar actualizado. La conocida empresa Repunta, expertos en reputación online, nos ha asegurado que contar con críticas reales positivas en nuestra web o perfil de redes sociales puede ser la clave del éxito, mientras que una opinión negativa o la falta de sellos de confianza online en el dominio puede ser sinónimo de fracaso.

Veamos algunos ejemplos

Web sin diversos métodos de pago: Cuando en una tienda online, que no conocemos, vemos que la única forma de pagar es mediante tarjeta o pago por transferencia nos entra el miedo. ¿Y si meto mis datos y me roban? ¿Y si hago la transferencia y luego nunca llega el producto que he comprado? Si lo que queremos es dar una buena imagen de confianza debemos tener diversos métodos de pago entre los que se incluya Paypal y el motivo es muy sencillo: el usuario puede reclamar su dinero a Paypal en caso de que no llegue el producto o de que la web haya pretendido estafarle. Para el cliente, este método de pago es una garantía de seguridad.

Web sin sellos de confianza: Los sellos de confianza online son unos logos que te otorgan diferentes empresas creadas para tal efecto. El propietario de la web debe pagar una cuota y, a cambio, la empresa analiza la seguridad del dominio, comprueba que la empresa es real y cede su sello de confianza online para que el propietario de la web pueda colgarlo con el fin de demostrar a los usuarios que se trata de una empresa seria y legal.

Web pobre: si accedemos a una página web con poco contenido, sin demasiado diseño y que, además, tiene pocos productos en venta (en caso de ser una tienda online) lo que estaremos haciendo es crear mala imagen. La página web es la carta de presentación de una empresa y del mismo modo en el que no querríamos recibir a nuestros clientes en un establecimiento mugriento, desaliñado o sucio, tampoco debemos recibirlos en una web “cutre”. Si lo hacemos, lo más probable es que se vuelvan por donde  han venido.

Web sin opiniones: necesitamos que los clientes contentos dejen sus opiniones en nuestra web y perfiles de redes sociales porque gracias a esas opiniones conseguiremos más clientes de lo que creemos.

Al final, de lo que se trata es de que todo tenga una coherencia y un sentido que haya que el usuario se sienta cómodo en nuestra página web, que vea en nosotros a profesionales de confianza. ¿Y tú, tienes una web así?

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