Todo lo que conocíamos hace 20 años ha saltado por los aires merced a la simple llegada de un elemento como lo es Internet. La manera de trabajar, de estudiar, de comunicarnos con nuestros seres queridos y amigos y de comprar se han transformado de una manera tal que no hay ni siquiera un proceso que sea el mismo que a finales del siglo XX. Las redes sociales, la primacía de las páginas web, las aplicaciones móviles y el comercio electrónico son los nuevos dominadores de este mundo. Todos y cada uno de nosotros nos encontramos sujetos a estos nuevos elementos.
Es increíble el número de personas que, en un país como España, trabajan a través de Internet o usan la red para realizar actividades que están directamente relacionadas con su trabajo. Y eso por no hablar de la cantidad de horas que pasamos delante de alguna de nuestras pantallas para comprar o para realizar cualquier cuestión que esté ligada a nuestro tiempo de ocio. Internet es el principal recurso que utilizamos a día de hoy en nuestra vida diaria para cubrir cualquier tipo de necesidad que tengamos.
Puede parecer que la inmensidad de Internet es tremenda y lo cierto es que así es realmente. Pero todavía quedan muchas cosas por hacer en este campo. Según un artículo publicado en eldiario.es, son menos de 1.000 millones las páginas web que se encuentran activas en la actualidad. No cabe duda de que la cifra es absolutamente mareante y que la capacidad de Internet es enorme, pero que queda margen de mejora es algo que nadie puede poner en duda. Y es que los límites de la red son insospechados.
Otro artículo, en este caso publicado en el diario El Mundo, ponía en cuestión que España fuera una economía digital debido a que, dentro de nuestro país, una de cada 3 empresas no tuviera ordenador ni Internet. Es evidente que una empresa pequeña o mediana no tiene la capacidad ni el personal suficiente para trabajar en este sentido, pero lo cierto es que convendría que esta clase de entidades empezaran a trabajar de manera digital para que fueran conocidas por una mayor cantidad de gente y pudieran disponer de mayores posibilidades para hacer más grande su negocio.
En España son muchas las entidades que se muestran reacias todavía a día de hoy a operar a través de una página web. El principal problema que encuentran este tipo de empresas es, según los profesionales de E-Ingenia, es la falta de conocimiento en materia informática y la falta de confianza en estos medios. Esa actitud es, según dichos profesionales, más que peligrosa. Y es que quien no empiece a operar en la red en unos años va a ver que su negocio se va a ir derrumbando poco a poco.
Cuando una web sea obligatoria…
De momento decimos que una empresa debe tener una página web por necesidad, puesto que de este modo es posible que obtenga una visibilidad mayor dentro de su público objetivo. Pero dentro de no muchos años disponer de una página web va a ser obligatorio. Sí, obligatorio en el sentido estricto de la palabra. Y es que las autoridades públicas están pensando y tramitando una disposición legal destinada a obligar a todo tipo de entidades a constituir una página web en pos de que el ciudadano tenga acceso a un mayor volumen de información.
Son muchos los ejemplos de empresas que en los últimos años ya han visto cómo se desvanecía su volumen de ingresos como consecuencia de la no apuesta por las redes sociales y por una página web. El tiempo corre en contra de todas las empresas que se encuentran en dicha situación y empieza a ser urgente que estas entidades empiecen a dar ese cambio que tan necesario es para evitar el fin de su actividad económica. Seguro que más pronto que tarde estas empresas empiezan a entender el valor de ese cambio y el mundo de posibilidades que se abre con el mundo digital.
La potencia de Internet va a seguir siendo enorme de cara a los próximos años. La utilidad que la población mundial encuentra en este elemento es tal que no parece que su hegemonía vaya a ser puesta en entredicho a corto o medio plazo. El auge del comercio electrónico es lo que más de moda se encuentra ahora. Teniendo en cuenta que cada día son más las personas que lo usan y que acceden a la red para ello, no entra dentro de las quinielas que Internet vaya a ver reducida su importancia en los próximos años.